En clase ya hemos hablado de ellos y de su toque mágico.... están realizados con vivos colores que se pierden a las cinco horas de sacarlos de la tierra. El motivo es la oxidación de los pigmentos en contacto con el aire, les pasa como a las manzanas que nos dejamos a medio comer en la hora del recreo, ¡por la tarde están marrones!.
Después de dibujarlos en el cuaderno basándonos en fotografías y en dos reproducciones de unos 20 cm. que les he llevado, vamos a realizar una réplica en arcilla.
Cuando estén hechas os enseñaré cómo han quedado.